No hay rincón que se le resista a la vegetación, a la naturaleza, pues así lo demuestra uno de los parques más curiosos de Nueva York, el High Line Park. Sobre las líneas de ferrocarril que se dejaron de transitar en los 80, ha nacido un parque de una belleza sin igual, un lugar que invita al descanso y la tranquilidad.
Se trata de un tramo ferroviario propio del Bajo Manhattan que fue construido en 1930 a una altura más elevada para evitar el gran tráfico que se originaba en esos años en la ciudad. Pero es en 1960 cuando ya el transporte de mercancías se hacía a un volumen mucho más reducido, debido a que empezaron a cerrar las industrias, y este tramo del West Side de Manhattan se dejó de utilizar.
Este parque fue diseñado por James Corner Field Operations con la colaboración de la firma arquitectónica Diller Scofidio + Renfro, quienes describen el High Line Park con estas palabras: “traduce la biodiversidad que arraigó cuando se convirtió en una ruina en una sucesión de microclimas urbanos específicos del sitio, que incluyen espacios soleados, umbrosos, húmedos, secos, ventosos y protegidos”.
Gran parte de las plantas que se pueden apreciar en el parque son propias del lugar, nacieron por sí solas. Exactamente se pueden encontrar 210 especies vegetales y 161 son propias de Nueva York. Por lo que el conjunto de todas ellas crean un hermoso paisaje de plantas silvestres. Como se ha dicho, no todo es vegetación, es un lugar donde poder pasear, leer o simplemente relajarse. Cabe destacar los pavimentos colocados de manera desigual, “desde un 100% de pavimento a un 100% de suaves biotopos de gran riqueza vegetal”, argumenta la firma Diller Scofidio + Renfro. Lo cual, esto permite que las plantas tengan su libre albedrío para crecer.
Para todos aquellos que se viajen y se alojen en alguno de los hoteles en Nueva York con Expedia España, les aconsejamos que tengan un momento de su tiempo para ir a visitar el High Line Park, porque merece la pena.