Esta avispa (Ampulex compressa) inyecta su veneno en un ganglio de la cucaracha y después en el punto concreto del cerebro que controla el mecanismo de escape del peligro. Esto las convierte en zombies. Después utiliza las antenas de la cucaracha para guiarla hasta su madriguera. Una vez allí, la larva de la avispa se la come viva durante 10 días. Primero las partes prescindibles (grasa, etc) y luego las vitales. Durante todo el proceso la cucaracha está paralizada, incapaz de reaccionar, pero viva.
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