Este extraño animal, mezcla entre langosta y mantis, vive en las zonas tropicales desde hace unos 300.000.000 de años, principalmente en los arrecifes de coral. A parte de sus característicos colores, tiene 2 características impresionantes que la hacen casi única.
La primera de ellas es su visión, que consta de 16 fotorreceptores, capaces de percibir desde la luz infrarroja hasta la ultravioleta y la luz polarizada. Para que os hagáis una idea de estos increíbles ojos, nosotros sólo disponemos de 4 receptores y con nuestros ojos y no podemos ver la luz ultravioleta, ni la infrarroja, ni tampoco distinguir la polarizada.

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Su otra característica son sus dos patas o pinzas delanteras, las que son características de las mantis, y que usan para cazar. Están formadas por hidroxiapatita y quitosano, lo que las hace muy duras. Cuando ven a su presa, lanzan las garras a modo de puñetazo (conocido como “el puñetazo de la mantis”) y la perforan o desmembran para después comérsela. También les sirve de defensa. Tanta es la fuerza que tienen que han documentado casos en que las mantis han roto los cristales de un acuario. Su puño acelera bajo el agua a mayor velocidad que una bala calibre 22 y es más resistente que cualquier material sintético.